domingo, 6 de junio de 2010

¿Un mundo ideal?

Fernando Tricas García y Juan Julián Merelo Guervós

Está claro que para poder participar en la conversación global hace falta conexión a la red, y utilizarla habitualmente. Esto no está al alcance de todas las personas (y menos en nuestro entorno, donde arrastramos un importante retraso en estas cuestiones, si hacemos caso a las estadísticas que se publican sobre el nivel de acceso; mucho menos en los países del llamado Tercer Mundo). Por supuesto, igual que otras actividades humanas no son adecuadas para todo el mundo (o diferentes personas ven adecuadas para ellas distintas actividades), no todos los internautas sacarán beneficio (o verán las ventajas antes expuestas a esta forma de comunicarse).
También parece claro que la mera existencia de herramientas para publicar y la posibilidad de que nuestras contribuciones sean universalmente accesibles no garantizan que nadie vaya a prestar atención a nuestra actividad. Vivimos en una economía de la atención, donde el tiempo de las personas es un bien escaso y que ha de repartirse entre un número creciente de fuentes de información y conocimiento.

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