domingo, 6 de junio de 2010

RASGOS DE LOS WEBLOGS

Rosanna Mestre Pérez

Una de las particularidades más notables de la Red es que ha transformado radicalmente los procesos de producción, reproducción y distribución de información, minimizando la cantidad de medios técnicos y económicos que son necesarios para difundir contenidos digitales a través de la gran malla de redes. La simplificación de dichos procesos ha actuado como catalizador de la circulación de todo tipo de contenidos y archivos (texto escrito, imágenes, audio, vídeo…), cuyo volumen se ha incrementado enormemente en los últimos años. Ahora que el intercambio de archivos sonoros y de imagen es cada vez mayor, y que los contenidos hipermedia parecen ganar terreno a los estrictamente hipertextuales, podría parecer que son malos tiempos para la escritura en la Red. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El texto escrito es el primer gran beneficiado de la popularización del denominado software social. La reducción de costes y tiempo derivada de la sencillez de las herramientas de edición de textos en Internet facilita mucho las cosas a quienes experimentan algún tipo de satisfacción jugando con el orden de las palabras. Los weblogs1 son una de esas sencillas y versátiles herramientas cuya especificidad radica en combinar de forma nueva utilidades ya conocidas: manifiestan con fuerza la huella de su autor a través del contenido y de los enlaces que incluyen, como se da en las páginas personales; su uso es extremadamente sencillo y el diseño no es una prioridad, como ocurre con los sitos wiki; están abiertos a la participación y, por tanto, promueven fácilmente el sentimiento de comunidad, como los foros y las listas de correo; permiten acceder a entradas anteriores mediante enlaces directos o herramientas de búsqueda, como puede hacerse en las revistas electrónicas y las bases de datos, etc. En muy poco tiempo los weblogs han obtenido un notable éxito entre los internautas, si bien se ha alcanzado más en términos de bitácoras hospedadas que de visitas de lectores. El gran número de sitios aparecidos quizá sólo sea equiparable al volumen de ejercicios metadiscursivos que la autoconciencia del proceso de escritura ha generadoentre la comunidad de la blogosfera.

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